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Historia

Capítulo 3 El regreso

Palabras:1270    |    Actualizado en: 25/02/2024

r lo que acababa de

egre

o, regresa est

é no me habías

me acabo d

ante la idea de volver a ver a su hermano. Hab

que ya no era una

te hará tarde pa

to, m

. Solamente deseaba poder abrazarlo, estrecharlo fuertemente contra su pecho mientras sentía nuevamente su calor. L

raída hoy—señal

o—la secu

y regresa

exan

Si

an también. Lo cierto era que Hazel siempre contaba cosas buenas de él: “es muy atento”, “todas las noches me

quedaban dudas de que Alexander era un excelente muchacho. La chica corrió a su casa cuando finalme

hermano regres

el chico en un tono m

s, quería experimentar cosas nuevas. No perdía oportunidad para querer tocar un poco más del cuerpo de Hazel y, ahora

aba a sentir miedo. Sabía lo que quería su novio, pero no se sen

ugares públicos y no visitar más su casa, la cual parecía ser el

e estás ev

azel a través de la llamada tel

evades. Al menos esta vez, pareces t

stamos en exámenes finales y

cla

novio, no le gustaba cuando se mol

ucho—dijo con voz suave dejándole

s a qué me refiero—colgó Hermann la llamada dejándola co

aderamente prepara

udo percibir el pasar del tiempo con gran detalle, puesto que se

un aire un poco más mayor. También había decidido que quería usar un poco de maqui

si es la hora—la hab

al aeropuerto para recibir a su hermano. Durante

one que yo también

ermano, ¿o ya l

y yo nunca nos

as, ya no e

as, quien estaba próximo a cump

s estudios no parecían ser lo suyo, así que, únicamente se había dedicado a

abía preguntado por él, así que la indiferencia ent

os sin ver a su hijo, todas las veces en que quiso

verse las caras. Pero finalmente había llegado el momento de tenerlo nuev

illó Hazel al v

s miraba fijamente en la dirección donde se encontraba su fami

r completa la pena con tal de ver esa radiante sonrisa. Las manos de Hazel se movían en un saludo que había captado fácilmente, sin embargo, se encontraba lo suficientemente

gres

r la maleta y estrecharla también. Su cuerpo ya no era pequeño y livi

Hi

cado y también habí

mpezaban a sentirse tan cómodos, para ahora proceder a abrazar a su pad

o te trataron? ¿Nos extrañaste? Muchas de esas preguntas venían por parte de Hazel, quien a pesar de que había crecido

sí los extr

muchacha hizo un

e alguien no me ext

na cara de n

n no te

da la casualidad de que estoy viendo a

lado. «¿Estaba hablando de él?» se preguntó. Pero Alexander

ti—dijo sacudiend

Ay

na conversación pe

ás pendiente de su vida en el colegio que de preguntar por su hermano, así que, ellos consideraron que la jovencita sí se

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